Hoy ha llegado el día de despedirnos de nuestro colegio, que nos ha estado preparando desde pequeños para este momento. Es un momento difícil, porque nosotros mismos no nos aclaramos mucho: por una parte queremos crecer y estamos ilusionados con la nueva etapa de Secundaria; pero por otra, nos da un poco de pena y de miedo el cambio.

Pena, porque casi todos llevamos juntos desde que teníamos 3 años y muchos dejamos aquí a hermanos;  también a profesores que se han convertido en una parte importante de nuestras vidas. Miedo,  porque de los mayores del colegio vamos a pasar a ser los pequeños del Instituto. Lo hemos visitado, y lo hemos visto tan grande y con tantos profesores que no nos imaginamos todavía allí.

Creemos que el Colegio, y los profesores que lo forman, han hecho un buen trabajo con nosotros. Hemos crecido y nos sentimos mejores personas, independientes y responsables. Hemos aprendido a afrontar cosas, a defender nuestras ideas, a trabajar en equipo… Eso sin contar con las Mates, la Lengua, el Inglés…

Por eso estamos seguros de que vamos a ir bien preparados al Instituto. Este es el mensaje que queremos darle a nuestros padres, que sabemos que están un poco preocupados. Nos va a ir bien, no nos vamos a volver locos, seremos constantes, escogeremos con cuidado a nuestros nuevos amigos…

Queremos agradeceros todo el apoyo y el cariño que nos habéis dado durante esta etapa. Ahora esperamos que nos sigáis ayudando en Secundaria como lo habéis hecho todo este tiempo. Que vamos a seguir teniendo deberes, que nos tendréis que seguir explicando cosas, que unas veces nos tendréis que animar, y otras que reñir…Que vais a tener que seguir diciendo: “yo de esto ya no me acuerdo, que te lo explique tu profesora”. No importa, tenéis que seguir ahí, porque os necesitamos mucho, ¡y más que os vamos a necesitar!

También queremos recordar a nuestros compañeros que se han ido, pero que siempre estarán en nuestros corazones. Compañeros como Rosi, Reyes, Carlos, Wail…  Con algunos seguimos estando en contacto, jugando, hablando por teléfono… A otros les hemos perdido la pista, pero no importa, los recordamos porque también son parte de nosotros y de nuestro paso por el Colegio.

Hay que decir que  no todo han sido momentos buenos; entre nosotros hemos tenido algunos contrariedades, aunque  siempre nos hemos reconciliado. En parte esto nos ha ayudado a ser más fuertes y lo que decíamos antes de afrontar cosas y defender nuestras ideas. Así que hay que mirar adelante con optimismo. Atrás quedan ya los enfados con los compañeros, las discusiones por el espacio para jugar en el patio, las caídas, algún que otro corte en la oreja en Infantil, cuando aprendíamos a usar las tijeras…

Pero nosotros preferimos recordar las cosas divertidas, que han sido muchas, y casi todas unidas a nuestros profesores… Por ejemplo, las fiestas del agua de Infantil con la señorita Paqui; los 25 ojos que nos decía la seño Adela que tenía; la tinta invisible que le poníamos a Auxi en la pizarra digital; las anécdotas que nos contaba la seño Nieves y los ensayos de los bailes; el disfraz de bruja de la seño Mª José en Halloween; los juegos de la seño Carmen; el bautizo de los muñecos con la seño Mª Luz; las canciones en Inglés con la seño Valle, como la que acabamos de cantar; cuando a D. Rafael se le acababan las pilas del altavoz y sonaba la radio; o los cantos del Himno del Centenario con D. Juan cada vez que el Sevilla ganaba una copa. Con razón hay un compañero que dice que el problema de este colegio es que es DEMASIADO SEVILLISTA. ¡Como él es el único bético de la clase!

Por todos esos  buenos momentos  queremos volver a dar las gracias a todos, a los profesores, a los padres, a los compañeros…  No nos importa ya marcharnos, cambiar de etapa, encontrar nuevos amigos… Nosotros siempre formaremos parte del Carmen Benítez, uno de los Colegios más antiguos de Sevilla. Ya somos parte de su historia centenaria,  y eso nos llena de orgullo.

¡Hasta siempre!